viernes, 25 de enero de 2019

EL BEBÉ NECESITA TIEMPO, ESPACIO Y ACOMPAÑAMIENTO



    El respeto al bebé y el desarrollo del movimiento.



Desde la Escuela, entendemos que, para que el desarrollo del niño o niña desde su nacimiento sea lo más global, positivo y rico, podemos colaborar favoreciendo y potenciando una serie de condicionantes.

¿Y cuales son estos factores que potencian un desarrollo positivo en nuestros niños y niñas?

El bebé necesita tiempo... 
Tiempo para que vaya conquistando su autonomía a su ritmo, según sus necesidades e intereses. Al bebé hay que darle la oportunidad de que esas conquistas se produzcan desde su interés... que satisfagan sus necesidad de descubrir, de comprobar, de equivocarse, de experimentar...




De ahí la importancia de no forzar movimientos ni posturas... él irá descubriendo esos movimientos que le llevarán a adquirir otros... posturas diferentes... siempre por sí mismo, lo cual favorecerá su autoestima... lo ha conseguido por sí mismo... es un ser autónomo... constructor de aprendizaje...


No necesita un adulto que le "destape" la caja de las nuevas posturas y movimientos. Si sucediese, así, se acabaría la magia del desarrollo.

El bebé necesita espacio...
Espacio para tener libertad de movimientos a nivel motor... pero espacio también para satisfacer todos sus intereses y necesidades... momentos de suelo donde experimentar con su cuerpo... que vivencie a través del mismo su propio espacio... y su conocimiento de él mismo y posteriormente su relación con los demás, con los objetos, con el espacio que le rodea...





Espacio para caerse, para levantarse, para sentir los pies sobre el suelo, sobre la arena, para voltearse, y revoltearse, para arrastrarse, para gatear... para llevarse objetos a la boca, para arrojarlos...




El bebé necesita acompañamiento... 
Acompañamiento desde su nacimiento para satisfacer sus necesidades... acompañamiento para alimentarlo, para limpiarlo... para que se sienta querido, para que se sienta protegido, cuidado, seguro, valorado...



El adulto (educador, papá, mamá...) le ofrecerá sus brazos, su calor, su contacto como símbolo de amor, de cercanía, de ternura... y estará a su lado siempre, mirándole, tumbándose junto a él, riéndose con él...
 
 

Le aportará seguridad y confianza para que descubra por sí mismo, gracias a su propio interés y curiosidad, nuevas posturas y movimientos.

El adulto está queriéndole, transmitiéndole seguridad, afecto, contacto, miradas... que será lo que el bebé necesite para conquistar el mundo, por sí mismo, como un ser competente, pleno de competencias.








En definitiva, estaremos siempre junto a nuestros niños y niñas, proporcionándoles todo lo que necesitan para desarrollarse positivamente, acompañándoles con amor, a que descubran por sí mismos todo lo que son capaces de llegar a conseguir.





Os recomendamos el siguiente enlace "Como aprende a moverse el bebé y por qué es importante respetarlo"


https://vetllant.wordpress.com/2017/09/15/como-aprende-a-moverse-el-bebe-y-por-que-es-importante-respetarlo/